Se sobresalta con facilidad.
Se queja de que la ropa está áspera, de las costuras o etiquetas de la ropa que le rozan o que los calcetines le aprietan.
No suelen gustarle las grandes sorpresas.
Aprende mejor mediante un correctivo suave que mediante un fuerte castigo.
Parece que me lea la mente.
Utiliza palabras o reflexiones que no se corresponden a su edad.
Se percata hasta del olor más leve e inusual.
Tiene un sentido del humor ingenioso (o que parece que nadie le entiende).
Le cuesta dormirse después de un día excitante.
No lleva bien los grandes cambios.
Quiere cambiarse de ropa si la que lleva está húmeda, con arena o sucia (para su gusto).
Es perfeccionista con algunas cosas.
Se percata o se da cuenta de la angustia o tristeza de los demás.
Prefiere los juegos tranquilos.
Hace preguntas profundas y sugerentes (que invitan a reflexionar)
Es muy sensible al dolor (cualquier cosa le duele).
No le gusta estar en lugares ruidosos.
Se da cuenta de cosas muy sutiles (que algo haya cambiado de lugar, un cambio de aspecto en una persona, etc.).
Toma en cuenta la seguridad antes de trepar o subirse a lugares de altura.
Se desenvuelve mejor cuando no hay extraños presentes.
Lo siente todo profundamente (le afectan mucho las cosas).